El pasado 26 de septiembre, nuestro compañero Rubén de Astrosantander logró captar esta imagen desde Liérganes, pese a que el tiempo no estaba de su parte. El cielo estaba cubierto por nubes altas y, al final de la sesión, terminó nublándose por completo. Aun así, consiguió registrar un objeto realmente especial: la Nebulosa de la Hélice (NGC 7293).

La Nebulosa de la Hélice se encuentra en la constelación de Acuario, a unos 650 años luz de distancia. Es una de las nebulosas planetarias más cercanas a la Tierra y también una de las más grandes que podemos observar. Se formó cuando una estrella, muy parecida a nuestro Sol, agotó su combustible y expulsó sus capas exteriores al espacio, dejando en el centro una enana blanca que sigue brillando.

Su aspecto recuerda a un enorme ojo en el cielo, razón por la cual muchos la llaman el “Ojo de Dios”. Lo que vemos es, en realidad, el gas iluminado que se expande hacia el espacio, un recordatorio de lo que le ocurrirá también a nuestro Sol dentro de miles de millones de años.

A pesar de las nubes, esta foto nos acerca a un espectáculo cósmico único: la huella que deja una estrella al morir.

NGC 7293 sacada el 26 de septiembre de 2025